lunes, 15 de diciembre de 2008

Un profesor para 70 de 302 escuelas bilingües


Redacción Riobamba

María Tambo, alumna de la escuela unidocente Zamora Chinchipe de la comuna El Molino, a 12 km al sur del cantón Guamote, está desconcertada. 

6 000
alumnos
de un total de 22 300 en Chimborazo estudian en escuelas unidocentes.

La niña  de 12 años y otras  cuatro compañeras  de séptimo de básica  tratan de entender las explicaciones de matemática que su maestro,  Calixto Viñán,  les imparte.  

Pero el bullicio ensordecedor de otros 25 estudiantes de segundo, tercero, cuarto, quinto y  sexto de básica, con quienes comparten la estrecha aula de clases, dificultan el proceso de aprendizaje. 

De pronto, el profesor de 45 años  interrumpe la cátedra y pone orden a la sala de clase. Después de varios minutos, el silencio se apodera de la sala de 48 m²,  de piso de madera.

En el lugar hay espacio para los 30 estudiantes con sus respectivos pupitres y sillas. Los libros, armarios y el escaso material didáctico que Viñán utiliza en sus clases permanecen apilados hacia los costados de la despintada construcción de techo de fibrocemento y de escasa iluminación.  

“¡Vamos a aprender la palabra mamá y luego escribiremos en el cuaderno como tarea!”, repite con voz firme el profesor. En el aula Viñán, de mediana estatura, se da modos para que  los infantes escuchen  sus explicaciones. 

“Es difícil que un maestro enseñe en un aula tan estrecha. Esto dificulta el  aprendizaje de los estudiantes. A este ritmo, en los 200 días laborables avanzaremos a revisar solo el  50% del programa de estudios. Tratamos de cumplir”, dice,  preocupado.

La mañana está bastante fría. Una vía estrecha y de lodo conduce a este pueblo enclavado en medio de la montaña. Por estos caminos, Viñán, desde su natal Colta, dirige sus pasos hasta esta comuna integrada en su mayoría  por familias indígenas. El docente se levanta  a las 05:30 para llegar puntualmente a  la escuela,  administrada por la Dirección Intercultural Bilingüe de Chimborazo.

En el pueblo, las construcciones con paredes de bloque evidencian la pobreza de las 40 familias que habitan en el sector llamado  El Molino. 

El profesor se lamenta, porque en sus 12 años como maestro en la comunidad, no ha llegado ayuda. Esto enoja a Gustavo Bacacela, ex dirigente de la comuna. 

“Pese que pedimos  a las autoridades que contraten más profesores, no hay respuesta. El Gobierno habla de la revolución educativa, pero aquí todavía  tenemos una educación mediocre. No es por el maestro, sino por el sistema”. 

Vacacela se asombra al mirar a  Viñán trabajar al mismo tiempo  con seis grados diferentes. 

“Por más que los maestros sean unos sabios,  la enseñanza no mejora. Varias familias migraron a la ciudad en busca de una buena educación para sus hijos”. 

A 2 km de El Molino, Romelia Pagalo, directora de la escuela 27 de Septiembre, en la comuna de San Miguel de Encalada, vive una  historia muy parecida. 

La mujer,  de 40 años, dicta clases a 18 estudiantes de primero, segundo y tercero de básica, en una amplia sala. La mujer está alegre porque este año, el Municipio de Guamote contrató un maestro que apoye el trabajo. 

Él está a cargo de 30 alumnos de cuarto a séptimo de básica. 

“Pero este docente estará unos meses y se irá. Necesitamos una partida presupuestaria que garantice la estabilidad del maestro. Por ello, los estudiantes viajan a Guamote a estudiar. Allá las escuelas tienen un maestro en cada grado”.
Mientras,  en la sala de clase Giovanni Viñay, de tercero de básica, lee lentamente el texto llamado Kukayo Pedagógico que le entregó este año el Consejo Provincial de Chimborazo. 

A sus 8 años, el pequeño  Viñay  ya sabe sumar, restar, dividir y multiplicar. 

En Chimborazo,  estos casos no son los únicos. Según un informe difundido por la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe de la provincia,  de los 22 300 estudiantes que asisten a clases en este año, 6 000 estudian en escuelas unidocentes. 

El informe también indica  que 70 de las 302 escuelas bilingües, que funcionan en  la provincia  trabajan con un maestro. Esto preocupa a Delfín Aucancela,  presidente de  la  Dirección Bilingüe.  Él recorrió en estos días varias escuelas unidocentes de Guamote, uno de los cantones con mayor número de centros educativos con estas características. La idea fue conocer los problemas y sus necesidades. 

“La situación en la educación intercultural es difícil. Por ello, solicitamos 548 partidas para maestros. Conocemos que 120 docentes serán contratados. Si hablamos de la revolución educativa a escala nacional, esta debe llegar con la entrega de maestros, infraestructura,   laboratorios, bibliotecas e Internet…”.

Para Aucancela, los profesores que trabajan en las escuelas unidocentes  no imparten una buena enseñanza. Los maestros preparan entre cinco y  ocho materias diarias para enseñar a 50 y 70 alumnos que están a su cargo.

“Esto impide que se cumpla el  plan de estudios. Cuando eso ocurre,  los alumnos  tienen problemas en el  colegio”.

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