martes, 1 de septiembre de 2009

Semillas nativas a trueque

2 de Septiembre de 2009
Alimentación. En el sector rural se cultiva toda clase de productos y son proveedores de los mercados.
Cotacachi. Las tradiciones y costumbres se mantienen en los moradores de las comunidades de Cotacachi y una de ellas es el trueque que realizan con semillas andinas entre vecinos, familiares y comuneros de otros sectores con el fin de que no se pierdan los productos que son altamente nutritivos.Para que los habitantes de la ciudad tomen en cuenta como trabajan en el campo, se realizan ferias, en donde se exponen, intercambian y comercializan semillas y alimentos.Dentro de esta actividad se trabaja en la recuperación de alimentos que en el sector rural ya no se cultivaban, por lo que se perdían, tampoco se conocían en los mercados de la ciudad y de acuerdo a las investigaciones de nutricionistas son productos con un alto contenido vitamínico, que se empezaron a recuperar.Para Bolívar Alencastro, morador del centro de Cotacachi, la relación entre la zona andina y el sector urbano con este tipo de acciones se fortalece y a la vez sirve para valorar los alimentos que se cultivan en las comunidades para mejorar la salud.
Es que al no conocer de cerca cómo se trabaja en el sector rural muchas veces pasan desapercibidos los productos sin apreciar el trabajo que cuesta llevarlos a los mercados.Una costumbre que no se pierdeJuana Morales, presidenta del comité de mujeres de la Unión de Organizaciones Indígenas y Campesinas (Unorcac), explicó que la idea es que no desparezcan las semillas y así asegurar la alimentación de los seres humanos.Las semillas son orgánicamente tratadas, se producen en el cantón Cotacachi y para que no se pierdan los alimentos los comuneros intercambian semillas y si una persona perdió su cosecha por el mal clima o cualquier otra circunstancia se le entregan semillas para que vuelva a sembrar.DESPIES150 Agricultores participaron en el intercambio de semillas.43 Comunidades de Cotacachi están dentro.

El primer tomo de la obra está dedicada al mundo andino, donde predomina el quechua, el aymara y el uru, para citar algunas lenguas.

El primer tomo de la obra está dedicada al mundo andino, donde predomina el quechua, el aymara y el uru, para citar algunas lenguas.
www.rnw.nl/es No es su plato favorito, pero este fin de semana, Pieter Muysken tuvo que comer gallareta (especie de pato), aunque por buenos motivos. Estaba visitando la comunidad de los uru, una pequeña tribu indígena de Bolivia, para profundizar su estudio de esa lengua. “La gallareta es carne más bien dura y sabe a pescado, pero a los uru les parece la comida más sabrosa, por eso la sirven gustosamente a sus huéspedes.”El profesor de lingüística goza de reputación internacional en este campo. En 1998, recibió el prestigioso premio Spinoza, la distinción holandesa más importante en el terreno científico. Muysken se encuentra de visita en Bolivia con motivo de la publicación de la primera parte de una serie sobre las lenguas de Bolivia. “Me habría gustado presentársela al Ministro de Educación, pero lamentablemente le fue imposible asistir”, dice Muysken, que se esforzó por publicar el libro precisamente en ese país.“Mi intención es darlo a conocer a los bolivianos. Por esa razón lo publicamos en español y no en inglés, como se acostumbra a hacer en publicaciones científicas. Y también busqué que fueran ediciones accesibles al bolsillo, por esa razón los hice imprimir aquí,” explica Muysken, que ha preparado la serie con Mily Crevels.Importancia de las lenguasEl libro atrajo de inmediato la atención. Un periódico publicó un artículo con un titular alarmante: “De las 34 lenguas conocidas actualmente en Bolivia, probablemente no sobrevivan más que nueve en el próximo siglo.”¿Cuán grave es esto? Y, ¿es necesario registrar y estudiar todas esas lenguas? “Sí”, responde Muysken. “No se dispone de fuentes escritas sobre la historia de América Latina en el período anterior a la llegada de los europeos. Estudiando las lenguas y su distribución, se pueden extraer conclusiones más fieles sobre la historia del continente que solamente examinando los restos arqueológicos” , afirma el catedrático.Sin embargo, ésa no parece ser su motivación principal. “Estudiando las lenguas también se obtiene una visión sobre la mente humana. Si sólo se enfoca los idiomas europeos, el campo visual es demasiado estrecho.” Muysken nombra como ejemplo las distintas maneras de señalar el tiempo en las lenguas indígenas y las europeas. Eso podría indicar que entre estos pueblos también existe una vivencia diferente del tiempo.Otra razón para publicar el trabajo precisamente en Bolivia es que permite a futuras generaciones retomar estas lenguas en el futuro, cuando ya estén prácticamente extinguidas. “En Francia, por ejemplo, hay grupos de personas que se reúnen para practicar el provenzal, como un hobby. Algo que también podría volver a suceder en Bolivia, en distintas circunstancias culturales y políticas,” según Muysken.MoralesHablando de política, ¿es favorable que Bolivia tenga ahora un Presidente indígena? Por una parte sí, responde Muysken, porque Morales ha declarado lenguas nacionales a todos los idiomas indígenas bolivianos. “Pero, el Presidente es aymara, y está ocupando a los aymaras en todo el país. Podría ser que algunos pueblos de los llanos, con lenguas que cuentan apenas con diez hablantes, o doscientos hablantes, sean un poco desplazados por los aymaras.”La migración de distintos pueblos dentro de Bolivia es, quizás, la razón principal de la extinción de las lenguas autóctonas. La pobreza obliga a muchos indígenas a buscar trabajo en otras partes del país. Eso amenaza su cultura y, por ende, también a su lengua.¿No sería más práctico, en realidad, si todo el mundo hablara la misma lengua? “Sería más económico. Pero, no se trata solamente de lo que resulta más práctico. Las lenguas representan la diversidad entre las personas. Conservando las lenguas, se conserva también la diversidad de los pueblos”, acotó Muysken.Según los investigadores la mayoría de las lenguas indígenas de Bolivia se encuentra en un estado deplorable, y el número de sus hablantes va disminuyendo a un ritmo intenso. Está claro que la extinción de una lengua implica la pérdida de la más eficaz transmisión de conocimientos acerca del entorno y de las tradiciones culturales del pueblo que la hablaba. El primer tomo de la enciclopedia fue presentada durante la XXIII Reunión Anual de Etnología, realizada en La Paz el pasado 19 de agosto.
Fuente: http://www.opinion. com.bo/Portal. html?CodNot= 73042&CodSec=6