jueves, 30 de abril de 2009

En Ecuador se vive un racismo solapado

En Ecuador se vive un racismo solapado
Germán Muenala, experto en derechos de indígenas, asegura que el racismo persiste en el país. y que "odos los días podemos ver esos rezagos racistas", aseguró.

Fernando Criollo, redactor

Hace unos días terminó la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas contra el racismo, en Ginebra. ¿Cómo está Ecuador en este tema?

Es evidente que el racismo persiste en el país. Creo que la sociedad ecuatoriana producto de un proceso colonial no ha superado algunos capítulos que desde la población indígena los sentimos como un racismo solapado. Todos los días podemos ver esos rezagos racistas solo por el hecho de llevar una identidad bien marcada como quichua.

¿Cómo se expresa esto en la cotidianidad?

No he renegado de mi identidad y me presento como soy, donde voy. Me subo al bus y pago con un billete de USD 10 y se reniegan por el vuelto o me devuelven todos los sueltos que tengan porque piensan que el indio no reclama. O que el indio es el único que puede soportar este tipo de cosas. En otros lugares como restaurantes o discotecas, cuando entra un indígena siempre hay mala atención.He estado en ciudades donde solo por verme indígena hay un rechazo para atenderme o primero preguntan si tengo plata para pagar.

¿Quiénes son los grupos más afectados?

Son los que muestran abiertamente su identidad indígena. En el caso de los quichuas, las mujeres son las que más conservan la identidad con vestimenta. A muchas de ellas, que incluso están siguiendo carreras universitarias, les han ofrecido trabajo como empleadas domésticas por el simple hecho de caminar con sus atuendos tradicionales.

Cuando alguien lleva esa vestimenta esta segregación es muy sentida.

Pero, a lo largo de los últimos años, no se puede negar que también se ha mejorado en los niveles de convivencia y tolerancia.

Esos niveles se han elevado, pero no hay espacios de comprensión entre un pueblo y otro. Por ejemplo, hay prácticas festivas que se viven en las comunidades y que son muy difíciles de llevarlas a las ciudades. Cuando eso ocurre hay enfrentamientos y conflictos. Y eso termina con expresiones como indio bruto o indio borracho.

Además, la nueva Constitución ecuatoriana ha reconocido a este país como plurinacional. ¿ No eso es un avance para los derechos de los pueblos indígenas que luchan contra la intoleracia?

Ese es un tema que hay que seguirlo tratando porque no está superado por más que se pretenda que el Estado sea plurinacional. Pero en el fondo el argumento no ha sido tratado con la seriedad que debería tener. El racismo no se va a superar, está presente en el mundo y Ecuador tiene una historia en la que se ha maltratado al indígena.

Los indígenas o los negros incursionan cada vez más en el escenario político nacional. ¿Cómo se vive el racismo en este campo?

Tenemos candidatos quichuas y varios han topado el tema de que Otavalo ya no quiere ‘más indios como alcaldes’ en un sentido peyorativo.

¿Los indígenas son racistas?

Entre los quichuas no puedo decir que hay racismo, pero sí hay niveles y clases sociales. Sobre el racismo del quichua hacia el mestizo creo que hay una respuesta a todo el maltrato que se ha practicado sistemáticamente en el tiempo. Existe una respuesta violenta que se da sobre todo en generaciones jóvenes que reaccionan contra las provocaciones. Aquí se dice que el quichua es igual de racista porque al mestizo no le deja participar en sus fiestas o le insulta en quichua.

En Ecuador decir indio o longo todavía es un insulto. ¿Es necesario ‘limpiar’ el lenguaje para empezar a superar esto?

No creo que sea cuestión de ‘limpiar ‘el lenguaje, sino de conocer los términos reales de cada lengua. Hay que entender mejor el quichua, por ejemplo, la palabra longo no es un insulto sino una persona joven. Pero, en todo caso, esos términos se usan de manera peyorativa y evidencian los aspectos racistas de la sociedad en la que vivimos.

¿Qué acciones hacen falta para enfrentar la intolerancia racial?

Hay varias acciones inmediatas. Empezando por el pénsum académico, por ejemplo, para que profundice en la realidad ecuatoriana. El Estado nos debe mucho desde la educación oficial que aún es una réplica de una realidad descontextualizada sobre los pueblos indígenas. El Ecuador está caminando a pasos demasiado lentos porque desde el Estado y sus instituciones no se hacen los esfuerzos necesarios para conocernos y entendernos mejor entre los propios ecuatorianos.

2 comentarios:

  1. Buenas tardes, felicito a quien publico este articulo, es una verdad muy cruel. No soy indígena,ni visto como nuestros saraguros,pero nunca se me olvida que por suerte aun corre sangre india por mis venas. Y a los que se crean de sangre azul, solo les diré. Que dejen de preocuparse de donde se viene sino para donde se va.... Un abrazo.

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  2. Este artículo muestra una verdad cruda y amarga que sí se vive en el ecuador yo creo que todos somos iguales y que de la misma manera tenemos los mismos derechos

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