Los comuneros de Ecuador y de Colombia vistieron trajes típicos y prepararon la tradicional chicha. También hubo danza, música y juegos. La fiesta termina hoy.
Nueva Loja
Con mucha algarabía se inició la Fiesta de la Chonta en las comunas indígenas cofanes, ubicadas en el interior de Sucumbíos.
En el acto, los comuneros, vestidos con trajes típicos y grandes collares, tuvieron listas las ollas llenas de chicha. El fin era despedir las cosechas de este año.
En los festejos, los cofanes contaron que pese a la arremetida en contra del bosque, la selva aún conserva los árboles de chonta.
De hecho, ayer, los patios de todas las viviendas y las aulas comunales lucieron repletas de frutos rojizos y ovalados.
Una de las concentraciones masivas se evidenció en la comunidad cofán Dureno, ubicada a 23 kilómetros al sureste de la ciudad de Nueva Loja.
Hasta allí llegaron los comuneros locales y los colombianos invitados para este año.
Ellos asistieron en medio de un torrencial aguacero que cayó durante la mañana de ayer en todo el cantón Lago Agrio.
En las orillas del río Aguarico, los anfitriones dieron la bienvenida a todos los invitados.
Roberto Aguinda, presidente de la comuna, informó que los dos pueblos se encuentran en un proceso de integración.
“La mayoría somos familiares, divididos por una frontera conflictiva”, comentó.
En la fiesta, los comuneros instalaron discomóviles, presentaron cantantes, danzas y exhibieron los juegos tradicionales del lugar como el funjuncho, nendeccu, el balón de maíz y el matachi.
Ayer, en esta comuna se concentraron alrededor de 300 cofanes, entre niños, jóvenes y adultos.
Los festejos terminan hoy, con un recorrido comunitario por la selva, para constatar las reservas en flora y fauna.
“Es una fiesta tradicional y de mucha importancia para nosotros”, aseguró Emergildo Criollo, comunero de Dureno.
Con mucha algarabía se inició la Fiesta de la Chonta en las comunas indígenas cofanes, ubicadas en el interior de Sucumbíos.
En el acto, los comuneros, vestidos con trajes típicos y grandes collares, tuvieron listas las ollas llenas de chicha. El fin era despedir las cosechas de este año.
En los festejos, los cofanes contaron que pese a la arremetida en contra del bosque, la selva aún conserva los árboles de chonta.
De hecho, ayer, los patios de todas las viviendas y las aulas comunales lucieron repletas de frutos rojizos y ovalados.
Una de las concentraciones masivas se evidenció en la comunidad cofán Dureno, ubicada a 23 kilómetros al sureste de la ciudad de Nueva Loja.
Hasta allí llegaron los comuneros locales y los colombianos invitados para este año.
Ellos asistieron en medio de un torrencial aguacero que cayó durante la mañana de ayer en todo el cantón Lago Agrio.
En las orillas del río Aguarico, los anfitriones dieron la bienvenida a todos los invitados.
Roberto Aguinda, presidente de la comuna, informó que los dos pueblos se encuentran en un proceso de integración.
“La mayoría somos familiares, divididos por una frontera conflictiva”, comentó.
En la fiesta, los comuneros instalaron discomóviles, presentaron cantantes, danzas y exhibieron los juegos tradicionales del lugar como el funjuncho, nendeccu, el balón de maíz y el matachi.
Ayer, en esta comuna se concentraron alrededor de 300 cofanes, entre niños, jóvenes y adultos.
Los festejos terminan hoy, con un recorrido comunitario por la selva, para constatar las reservas en flora y fauna.
“Es una fiesta tradicional y de mucha importancia para nosotros”, aseguró Emergildo Criollo, comunero de Dureno.
muy interezante pero si pusieran dibujos seria mejor pero muy bueno
ResponderBorrar