De mis desconsideraciones:
Después de lo dicho por usted en sus diferentes alocuciones y lo redicho posteriormente, debo decir que me encuentro un poco confundido porque sin querer queriendo encuentro cierta ambigüedad en sus palabras. Se que es repesado aceptarlo pero…compañerito, imagino que también el derecho a equivocarse ya es de todos. Cierto es que desde el finado Roldós hasta la fecha ningún otro presidente había siquiera esbozado oraciones discursivas en runa shimi, como usted también (aunque mal) lo ha hecho. Cuestión, que viniéndose de un presi constitucional y constitucionalista que además se ufana de haber convivido con los indios por año y medio en la sorochelandia parroquia de Zumbahua y que manda traducir sus informes de actividades y noticias oficiales al kichwa -cosa por cierto destacable- no deja de ser reprochable su cambio de actitud frente a la inclusión en la nueva constitución del idioma kichwa como oficial junto al castellano. No se si por eso de las ecuaciones políticas, o por la ambigüedad del discurso seductor o simplemente por una perspectiva errada sobre nuestras raíces que gran parte de la población maneja, me hicieron temer de que así como alguna vez algunos “confundieron revolución con partido, democracia con elecciones, hacer el amor con estar enamorado” (Galo Gálvez), poder con trono (esa es mía), cultura con folclor, alguien de la revolución ciudadana cometiera alguno de los errores antepuestos, pero tenía que ser usted compañerito quien se dio el lujo de confundir al kichwa con novelería, y lo que es peor, no saber de donde saco usted el disparate (por no decir otra cosa) de relacionar la palabra caretuco, con un símbolo de la resistencia originaria para los pueblos originarios como lo es Ruminiawi. Usted sabe compañerito como es esto de los símbolos, hay que manejarlos con pinzas, pero por sobre todo con respeto, repito, res-pe-to. Yo no soy bueno para las matemáticas, ya que siempre me quedaba a supletorios en esta materia, pero me parece que adjudicarnos apenas un 5% no solo que es mentiroso sino irreal. Esto me ha inquietado por mucho tiempo. Porque por ejemplo: en una sociedad prejuiciosa como es la ecuatoriana, cual podría ser el resultado frente a un censo que en una de sus preguntas decía:
A que grupo étnico pertenece usted:
a) a) Blanco
b) b) Mestizo
c) c) Indígena
d) d) Afroecuatoriano
El resultado fue que muchos Quishpes, Caizas, Toapantas, Aymaras, Tayupantas, Ingas, Chiluisas, Pachacamacs, Potosis, etc…resultaron ser mestizos y hasta blancos, imagínese eso compañerito, ya solo faltaban blancoides de apellidos Carabalí o Congo. Yo mas bien diría que somos más del 50%, claro que al indígena como grupo social se lo debería dividir en dos: en indios negados e indios confesos. Los negados son esos que reniegan de su identidad y se mueven al lado mestizo, mientras los confesos son aquellos que como yo mantenemos ese orgullo originario. Insisto en que somos más que ese pírrico 5% que usted mencionó en uno de sus programa radiales sabatinos, sino habrá que preguntarse porque a nuestros hermanos migrantes en España les llaman indios o sudacas. ¿Será que se nota en sus rostros los mismos que los euro-árabes encontraron cuando arrastrados por el viento y sed de saquear riquezas llegaron a la tierra prometida? Digo euro-árabes porque los españoles no eran blancos sino mestizos, una mezcla de moro, con ibérico y judío.
Ser mestizo no es malo, tampoco ser indígena, peor ser afro descendiente, lo malo es negarse a si mismo, y de allí viene mi teoría de que una de las causas del subdesarrollo, a mas de los prejuicios implantados y heredados por la España decadente, es la falta de identidad y amor propio por nuestras raíces, es así que siempre hemos querido ser lo que no somos. Hemos seguido modelos que son ajenos a nuestras realidades históricas y a nuestras necesidades socioculturales.
Por ello el runa shimi en su contexto histórico, cultural, identitario y hasta económico es importante, para el desarrollo de una identidad intercultural que nos conduzca a la implementación de planes de desarrollo adaptadas a nuestras realidades y nuestras necesidades tanto materiales como espirituales, en el hoy llamado Ecuador. Porque el desarrollo también ya debe ser de todos. Se supone que si ‘el país ya es de todos’ también lo debe ser para sus habitantes originarios con todo y lo que esto significa, territorio, identidad, cosmovisión, y su lengua claro está. Porque es inconcebible que en un lugar de Abya Yala, que hoy llaman Ecuador, la lengua oficial sea un idioma europeo, y no uno originario, de todas maneras y con mucha seguridad creo que el kichwa y el castellano pueden coexistir en igual nivel de importancia, como coexisten las sangres euro-árabe e indígena en las venas de la mayoría de los ecuatorianos y latinoamericanos. Porque, no hay que olvidar que mestizo, quiere decir mezclado. Y si los mestizos son la mayoría el 80% según el censo, esto quiere decir que la mayoría es medio runa o runa y medio.
Eso no más compañerito, por hoy me suscribo no sin antes desearle éxitos en el manejo de los asuntos de estado y de su lengua. De todas maneras, no hay drama ni resentimiento, porque nuestro futuro no depende de usted sino de nuestros propios aciertos o errores.
Atentamente,
El Runa Majadero